La plaga de la patata o la polilla gualtemalteca

La plaga de la patata o la polilla gualtemalteca

La polilla guatemalteca (Tecia Solanivora Povolny) es una plaga procedente de Centroamérica detectada en 1999 en plantaciones de patata de Canarias. En la actualidad, aunque su presencia se localiza en el norte del país, las empresas de control de plagas en Valencia estamos al tanto de su evolución por si pudiese llegar a nuestra zona. En este post vamos a ver de qué modo incide y cómo combatirla.

Como su nombre indica, este insecto destroza las cosechas de patata. En 2015, el parásito pasó de Canarias a la Península. En Galicia es donde la polilla ha avanzado más rápidamente y con mayor virulencia. En toda Europa hay otra polilla que causa daños similares, la polilla común de la patata (Phthorimaea Operculella). Esta es generalmente menos dañina y sus larvas son entre blanco y rosado. Crece en el interior de la patata y en pocos días o tres semanas sale el adulto cerrando el ciclo, que dura entre 60 y 90 días.

Daños provocados por la polilla guatemalteca

Las larvas excavan galerías en los tubérculos, produciendo la depreciación total de la patata y haciendo que se pudra. En Ecoambientesanidad te advertimos de que atacan tanto en el campo como en el almacén.

En cuanto a la normativa, la directiva 2000/29/UE contempla medidas urgentes para su erradicación y control oficial. Una norma posteriormente modificada por la Resolución de 11/2/2016, que amplía las Zonas Demarcadas. En estas se prohíbe la comercialización y salida de tubérculos. Además, debe utilizarse únicamente semilla certificada libre de plaga y colocar trampas de feromonas de captura de adultos. Además, hay que aplicar tratamientos fitosanitarios en las parcelas afectadas, insecticidas en formulados granulados y, durante el ciclo de cultivo, insecticidas en las hojas.

Otras medidas recomendadas son sembrar los tubérculos a más de 15 cm de profundidad y, antes de hacerlo, recoger los de campañas anteriores. Por otro lado, no es conveniente plantar en parcelas afectadas durante varios años. En los almacenes se aplicarán además tratamientos fitosanitarios a los tubérculos almacenados, se colocará una red o malla antiinsectos en los accesos y huecos y se procederá a la limpieza profunda de las instalaciones.